Charla y Clausura Reforma del Ahora
Diálogo entre Juan Pablo Garza y Ernesto Montiel
De fantasmas y utopías
por Julián Higuerey Núñez
(Texto de la exposición “reforma del ahora” de Juan Pablo Garza | Al Borde | 4 de marzo – 15 de abril, 2012)
El problema de escribir sobre algo que está en constante flujo, es la imposibilidad de capturar el mismo momento que el espectador/usuario está experimentando. Y si bien es cierto que todo está siempre en flujo, las velocidades de estos movimientos son más o menos obvias y permiten diferenciar entre el flujo de un objeto que simplemente decae (Larghissimo) y el flujo de un objeto que es alterado de un minuto al siguiente (Vivace). reforma del ahora comenzó como una exposición en palabras, una serie de conversaciones entre Juan Pablo Garza y mi persona sobre la vida de los objetos que habitan su obra, las relaciones entre ellos y “el orden” que Juan Pablo les propone. Esta dinámica de diálogo supuso en su inicio un impulso mimético sobre la idea de armar una exposición no-estática, un “mostrar en movimiento”.
En su texto ¿qué es lo contemporáneo? Giorgio Agamben[1] cuestiona la noción de lo contemporáneo partiendo de la idea de que nuestra principal manera de relacionarnos con el mundo es la visualidad. Esta relación con el mundo es por supuesto dependiente del fenómeno físico de la luz y su viajar entre el reflejo del mundo y nuestros ojos. Agamben insiste entonces, que, siendo la velocidad de la luz un número finito[2], no podemos sino vivir en el pasado, pues la luz que llega a nuestros ojos para ser procesada, es en realidad el reflejo de un universo que sucedió instantes antes. Lo que Agamben entonces propone como contemporáneo (y su búsqueda) es el tratar de ver lo que aún no ha llegado en forma de luz, la oscuridad. El mirar expectante a la oscuridad, supone un adelantarse a las limitantes del universo con la esperanza de entender eso que pasa que aún no podemos ver, pero que en el momento que veamos será ya historia.
Pensar la contemporaneidad de esta manera supone dos dificultades. En un primer momento elimina la posibilidad de análisis del presente en el presente y fuerza toda reflexión a un momento retrospectivo. En un segundo momento genera una separación entre la experiencia física –los referentes– y cualquier expectativa de imagen que aún no existiendo apunte a ella.
En el contexto de reforma del ahora no es difícil entender que sobre el primer problema, la exploración del desfase con cualquier tipo de afirmación definitiva es la intención del artista, quien proponiendo un espacio de oscuridad Agambeniana en el territorio de su propia obra, desplaza el rol del usuario a uno de quasi-co-productor. Si Juan Pablo Garza suele darnos una posición definitiva desde la cual analizar ciertas composiciones espaciales en sus fotografías, y de esa manera limitar las posibilidades de generar relaciones entre los referentes que existen dentro de la composición, su nuevo planteamiento espacial coloca al espectador en un lugar de tránsito, entre cada uno de los elementos que existen dentro del espacio de Al Borde, y es entonces la responsabilidad de ese transeúnte el proyectar hacia el futuro los vínculos que experimenta. La ausencia de certezas de alguna manera está ligada al segundo problema. Lo fotográfico, en su naturaleza pretérita, ofrece el tiempo de reflexión y análisis propio de la carencia de flujo. Lo fotográfico no puede sino ser una afirmación de postura frente a un objeto de estudio. Lo fotográfico, en la esfera pública es un exclusivo perpetuar fragmentos de la identidad de su autor en su construcción de la imagen colectiva. Y porque lo fotográfico es todo esto, pero también el medio en el que estamos acostumbrados a ver a Juan Pablo Garza, su ausencia propone un territorio de duda, incertidumbre, y sobre todo de proceso.
Ahora bien, proceso, de la misma manera que relacionalidad o performatividad, son discursos de los cuales no es posible escapar en la retórica contemporánea de la producción cultural, y que en el caso de esta exposición fácilmente podríamos citar. Pero para Juan Pablo Garza y su fotografía, la fabricación de un imaginario, que anclado en referentes físicos, pretenden armar un nuevo universo de formas y afectos es siempre un proceso que sucede detrás de la cámara. En este caso sin embargo, proceso es de alguna manera el tema de estudio. Pues si Juan Pablo Garza encuentra en sus relaciones con objetos particulares posibilidades comunicativas con las que podemos establecer diálogos sobre nuestra propia identidad, las maneras mediante los cuales dichas imágenes son formadas no solo suelen entrar en espacios de mitificación sino que dicha mitificación crea la ruptura con la realidad que en respuesta propone la homogeneidad de su lenguaje.
Es entonces la ruptura con esa metodología de auto-legitimación lo que necesita ser examinado ahora, pues al perder la coherencia visual que supone un proceso técnico (la fotografía), nos encontramos frente a una cantidad de objetos que involuntariamente serán cargados de jerarquías e ideologías por cada individuo que los experimente. En ese espacio, la neutralidad del enmarcar imágenes como objetos distantes desaparece dando paso a un universo tangible; en él encontramos gestos de innegable intencionalidad que aun remitiendo a un orden secreto, poseen también códigos mucho más universales de materialidad, cotidianeidad y escala, y que entrando en una dinámica de reconocimiento no pueden sino hablar de identidad.
Cuando comencé a discutir las ideas de reforma del ahora con JPG lo primero que él quiso dejar claro era que quería abrir las puertas a las historias mediante las cuales las imágenes de su autoría llegaban a ser. Su intención era proponer no un cuerpo de trabajo con un objetivo bien definido, sino por el contrario un “espacio” que “simulara” su espacio de pensamiento habitual. Una posibilidad de examinar caminos múltiples y contradictorios, un laboratorio de sí mismo. En ese momento propusimos una única regla de trabajo, un orden abierto para pensar sobre estas ideas. Comunicación regular. Después de varios meses de conversación puedo decir que esa puerta fue solo el principio, que esas historias son imposibles de relatar y que lo que JPG se ha empeñado en mostrar, son los fantasmas de su convivencia con el mundo, entes que titubean entre verdades y ficciones y que responden a instintos y lógica de manera indistinta. Estos fantasmas son de alguna manera el cotidiano de JPG. Algunos de estos fantasmas evolucionan, se transforman en anécdotas e imágenes. La mayoría sin embargo continúan viviendo en un inagotable ciclo de media existencia, en un constante estado de flujo, siendo repensados no solo como ideas sino como relaciones, esperando la confluencia de circunstancias que los eleven a estados anecdóticos de acompañamiento, a fotografías, resultados y pretensiones.
Mientras llegan ahí, JPG sigue jugando con ellos, allí existe su práctica, no en las certidumbres sino en las dudas. reforma del ahora es una invitación a participar de esas dudas y a experimentar con ese presente que aún no llega, a mirar hacia la oscuridad que aún no ha sido convertida en historia, a transitar ese espacio que en su negación de absolutos se convierte en el único lugar para preguntarnos ¿por qué? y donde toda respuesta es apenas un tentativo.
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1 Agamben, Giorgio. What Is an Apparatus? : and Other Essays. Stanford, Calif.: Stanford University Press, 2009.
2 Actualmente definida como 299792458 metros por segundo
Juan Pablo Garza nace Maracaibo, Estado Zulia 1980. Realizó estudios de fotografía en la Escuela Julio Vengoechea,1998, Venezuela, Maracaibo. Así como también en Miami Dade College junto a la artista Teresa Dihel, 2002, EEUU. Ha cursado varios talleres, entre los que cabe destacar el Taller de Aproximación a la Fotografía Contemporánea dictado por Nelson Garrido, 2005, Maracaibo, Venezuela. Ha expuesto individualmente en diversas ciudades dentro de Venezuela y colectivamente en países como Venezuela, Colombia, Amsterdam, Canada y Estados Unidos. Entre sus premios y distinciones, destacan: Primer premio en el 6to Salón Regional de Jóvenes Artistas, Museo de Arte Contemporáneo del Zulia, 2010, Maracaibo, Venezuela. Primer premio, XII Salón SuperCable Jóvenes con FIA, Centro Cultural Corp Banca, 2010, Caracas, Venezuela. Actualmente se dedica a la actividad docente, funge como editor de fotografía en la revista GopherIllustrated, co-dirige el espacio de arte contemporáneo AL BORDE y continua con el desarrollo de su trabajo personal.
Julian Higuerey Núñez es un artista visual, optimista y candidato a Magister en Arte, Media y Diseño Interdisciplinario. Tras estudiar 4 años de física y obtener una licenciatura en Artes Plásticas en UNEARTE se mudo a Toronto para su maestría en OCAD University. Sus intereses oscilan entre teorías de afectos, nuevas economías, trabajo y valor; y su practica es fundamentalmente de proceso. Su trabajo se ha mostrado en Brasil, Canadá, Cuba, México, Polonia, Suecia y Venezuela.
“reforma del ahora” de Juan Pablo Garza | Al Borde
4 de marzo – 15 de abril de 2012