Nueva Era
Jose Vera Matos
13 junio – 11 julio 2010NUEVA ERA
Pareciera inevitable dejar de afirmar que una de las cualidades más interesantes del arte, es su posibilidad de actuar como medidor de los síntomas del contexto o de la época en la que se desarrolla. Sin embargo, esta cualidad queda en desventaja cuando se la compara a la posibilidad, aun más encomiable, de poder examinar las causas de dichos fenómenos.
La reflexión que conlleva una empresa de tal envergadura, disminuye entonces los “espacios o distancias” que puedan presentarse por ejemplo entre arte y filosofía. Nos permite además reconsiderar al artista como un agente de renovación, en la medida en que se interna en un trabajo de indagación y de exhumación, que obliga al receptor de la obra, a enfrentarse a un proceso no vivido u olvidado.
No contento con ese trabajo, al artista contemporáneo se le antoja acompañar estas estrategias con la utilización de la ironía y el sarcasmo, como herramientas indispensables.
La muestra de José Vera Matos bien puede cargar con cada una de estas características. En este nuevo proyecto, el artista opta por examinar históricamente el fenónemo del mercado espiritual contemporáneo, considerando el origen de su forma actual y sus repercusiones sociales.
Ya en la década del 70, las revoluciones sociales, de género, entre otras; habían organizado una retórica antibélica y de trascendencia espiritual, difícil de evadir. Años antes, las publicaciones de Lyotard, habían fundamentado la imposibilidad de una narrativa común y universal, pero a la luz de aquellos cambios, la sociedad parecía moverse en oposición de los “malos augurios” del filósofo francés; dándole una vuelta de tuerca al mal tiempo social, que conforme avanzaba dejaba entrever una extraña mezcla de esperanza y psicodelia.
Para el artista este tiempo es el punto de partida de una realidad específica. La elaboración de mantos con la técnica del tie dye, nos refiere a ese momento especifico, en el que occidente inicia la importación y masificación de elementos orientales. Pero mientras los nuevos revolucionarios diseñaban sus prendas con tintes vegetales, Vera Matos ensaya utilizando sangre, en un intento de simbolizar una canal de transferencia, ese canal oculto o hereditario, por el cual las consecuencias se han ido abriendo paso generacionalmente.
Las siete impresiones digitales, apuntan a ser una especie de osario multicolor que incide en la idea de que a mitad de siglo, vivimos una revolución que se contradijo con sus propios postulados. Sin embargo esta serie de cráneos, representados con los colores del arco iris, nos exige una lectura complementaria: el reconocimiento de una secuencia lógica histórica, una situación de causa-efecto. Los postulados del amor libre y de la pseudo colectividad representados por la policromía del arco iris, desembocaron en un desplazamiento de la eticidad, los individuos terminaron fagocitando los mecanismos de la vida social, y se construyeron aparatos sociales minúsculos, redes situacionales y microorganismos, donde los grupos de ayuda mutua y el misticismo de la nueva era, conviven y comparten el mismo espíritu.
Dentro de este marco contextual, la trascripción del Evangelio de Acuario, de Levi H. Dowling, construye una teatralización y una parodia del mercado espiritual actual. Aunque el artista transcribe casi apostólicamente (ironía), no traduce. Todo trabajo de apóstol, mensajero, transcriptor implica una traducción. Vera Matos, de manera opuesta cierra la posibilidad de toda comunicación mesiánica, global y fragmenta el mensaje, presenta solo oposiciones y hermetismo. Esta impermeabilidad puede ser claramente una referencia al sincretismo confuso que caracteriza a la Nueva Era: ese conglomerado de tratamientos y experiencias que confluyen en una gama de creencias y prácticas místicas reformuladas, muchas veces sin un horizonte claro.
La obra termina armándose como una plataforma, donde el artista pretende mostrar la ilegitimidad de estas prácticas, debido a que la sociedad que avala estos fenómenos, es la misma que consume y desecha sus propios postulados.
De esta manera, José Vera Matos logra construir un recorrido, por el cual atraviesa la evolución de las asociaciones pseudointrospectivas, interpelándonos, develando un escenario donde vacío y saturación conviven a la espera de algo nuevo, que sirva para satisfacernos, al menos por un tiempo.
Texto por Manuel Ramos Van Dick
2010
Artista de la más reciente generación Peruana nacido en la ciudad de Lima (1981), expone en Caracas por primera vez en Oficina#1 con su muestra Nueva Era.
José Vera Matos viene de realizar en Lima sus más recientes individuales en la Galería Revólver “To Live Is To Die” en Marzo de este año y “La Vida de los animales” en el año 2009 . Ha participado de las ferias más importantes del continente como MACO (México DF), ARTBO (Bogotá) y ARTEBA (Buenos Aires).
Vera Matos viene practicando en el dibujo, la pintura y la instalación una descarga de preocupación y crítica sobra la ansiedad de la cultura fragmentada. Su obra está llena de símbolos y alegorías al consumo de lo efímero pero alejada de una taxonomía o clasificación científicamente articulada. Con ella el artista no pretende enarbolar un discurso ideológico; si no que más bien exige del espectador el establecer un cierto orden y relación de los componentes que constituyen sus obras.