In girum imus nocte et consumimur igni

(Damos vueltas en la noche y somos consumidos por el fuego)

Palíndromo

 Leonardo Nieves, joven artista venezolano, presenta en Piezas de archivo una selección de más de 15 trabajos sobre papel en los que, con esmerada precisión y delicadeza, adelanta un alfabeto personal de formas sutiles que dan cuenta de intereses ya recurrentes en su trayectoria artística, y que se valen del empleo de la técnica gráfica y la minuciosa labor de la costura como medios para hacerse presencia.

Encontramos en ese materializar de ideas, el contraste de dos fuerzas antagónicas que sin embargo se pertenecen y sobreviven dentro de la obra. Encubriéndose. Delatándose. Por una parte aquellas que nos atrevemos a llamar del derivar y del descarte, entendiendo el derivar como caos, afectividad y desborde, y el descarte en tanto desecho, límite, historia mínima, sometidas bajo el control de la organización gráfica –la estructura, el andamiaje, la contención– y la “razón”, en tanto orden, prolijidad y exactitud.

Las piezas que aquí encontramos, parten pues del derivar, del recorrer, del vagar por la ciudad, como método de trabajo propuesto a priori por el artista, quien busca dejarse estimular por los elementos del tejido urbano caraqueño como disparador de ideas a desarrollar.

Este derivar, que según Guy Debord en su Teoría de la deriva de 1958 es un “dejarse llevar por las solicitaciones del terreno y por los encuentros que a él corresponden” le permite, quizás en su aspecto más obvio, sugerir trazados que en el transcurrir temporal del bordado, y en las líneas de los hilos de estas piezas, se fabulan a modo de mapas posibles, referencia contenida en la serie Cartografías imaginarias aquí exhibida.

Pero, fundamentalmente le conceden el espacio reflexivo y la espera de la sorpresa que le depara el objeto encontrado en la calle, el descarte, que será para Nieves punto de partida para el despliegue de sus series.

Para Piezas… la ciudad le tenía destinado retazos de telas de formas y colores diversos, de texturas aterciopeladas, que se constituyeron en el leit motiv de los diversos aspectos que componen la exhibición.

Notamos así, la utilización de esos retazos que antes fueron límite y contorno de un molde, y ahora matriz de sus impresiones en los intaglios de Zonas en diálogo; la réplica del velo sutil del terciopelo a través del papel fondeado –obtenido mediante el manejo preciso de la técnica gráfica– para sugerir la sensualidad de los textiles en sus Piezas de archivo, serie que da nombre a la exposición; la invitación a imaginar los pespuntes e hilos sueltos como recorridos, planos flotantes que se suceden como hormas apiladas y cuyas líneas se quieren libres aún fuera del soporte –“chorreados de pintura” en palabras del propio artista– en sus Cartografías imaginarias y en su Libro-objeto.Y el calco del trazo del grafito incidido por una rodaja a través de papeles de transferencia, que a veces, como las propias líneas de un patrón de costura, delimitan el espacio, en el caso de Línea roja. Espejo en el lago, y sin embargo llegan a ser gestualidad libre con dirección errática en Caligramas.

La sensualidad de las superficies, la línea inquieta transferida, la libertad de los hilos enmarañados que siguen su curso “extra-muros” como improvisados y frágiles presentimientos de tridimensionalidad, son síntomas, pulsaciones, recordatorios de ese deambular emancipado y citadino que todo lo originó y que se asoma a modo de indicio a través de las controladas áreas dispuestas sobre el papel.

Quizás sea en la serie Estructuras donde el equilibrio de los opuestos sea más evidente, pues al ser matrices y fantasmas de impresiones  –remanente de la materia de la plancha entintada– son en sí mismas, tanto memoria latente de esa materia, como repetición –menos controlada– de una matriz devenida, por tanto, en monotipo.

Un control apolíneo que muestra sus fracturas, o tal vez, una emotividad dionisíaca contenida en líneas pespunteadas y geometrías. Una lectura, un recorrido que en su derecho, o en su revés, como en los palíndromos, cobran sentido. Damos vueltas en la noche y somos consumidos por el fuego…

Costanza De Rogatis

Leonardo Nieves (1977). Vive y trabaja en Caracas, Venezuela. Es egresado del Instituto Universitario de Estudios Superiores de Artes Plásticas “Armando Reverón”, mención Gráfica y Miembro Asociado al Taller de Artistas Gráficos Asociados “Luisa Palacios” TAGA, donde también trabaja actualmente. Entre sus exposiciones individuales se cuentan “Apuntando Territorios”, El Apartaco, Caracas (2013);  “Diálogos con el Espacio”, Librería El Buscón, Caracas (2008); “Ecosistemas Efímeros”, Oficina #1, Caracas (2007). Ha participado en diversas muestras colectivas, entre ellas, “Octubre Joven”, Museo de Arte de Valencia, Venezuela (2013); “Adjuntos”, Centro Documental - Sala Mendoza, Caracas (2013); “El Zapato viajero/Travelling Shoe”, Velada Remix, Hamburgo, Alemania (2012); “De acciones, visiones y reacciones. Arte Joven Venezolano”, Galería 39, Caracas (2011); “Taller Intensivo del Libro y Papel”, TAGA – Centro de Arte Los Galpones, Caracas (2011); “Caminos del Grabado. Brasil / Francia / Venezuela”, Instituto Cultural Brasil Venezuela, Caracas (2010).