Valerie Brathwaite moldea la geometría de la naturaleza

El Universal 20 junio 2014

La muestra «Formas vitales» inaugura el domingo en Oficina #1.

«Al material no lo condiciona la forma, es la forma al material», advierte Valerie Brathwaite (Trinidad, 1940). La artista visual moldea en concreto, yeso y acrílico suertes de ondas de mar. Su obra está emparentada con la naturaleza, que ella contempla, para recrear en 10 esculturas de pequeño formato los pétalos de una flor o el volumen de una montaña. «No hay un cuestionamiento tan directo e intelectual. Admiro el paisaje porque en él están mis miedos. Representarlo es una manera de vencerlo. Yo no sé nadar por ejemplo», detalla la creadora que inaugura el domingo FORMAS VITALES.

La galería Oficina #1 en el Centro de Arte Los Galpones, reúne parte de su obra reciente junto con una serie de dibujos de los años 70. «Siempre soñé con exponerlos. Nunca antes los había mostrado porque en esa época nadie los habría entendido. En su momento, solo los vio Gego y le resultaron maravillosos. Después de casi 40 años me daba nostalgia verlos en mi taller, pensando que ellos son el origen de mi trabajo», apunta la creadora que cursó estudios de Arte en Francia, Inglaterra, Suecia y Venezuela.

Seis dibujos abstractos en mediano formato, elaborados en tinta china y a color, constituyen una especie de boceto. Sobre papel, Brathwaite pinta un cúmulo de líneas curvas que en un futuro cercano tomarán forma en un material compacto. «Para un escultor todo arranca en el dibujo. Es el espacio donde se proyectan las ideas que más adelante adquieren cuerpo. Los míos en particular, más que un ensayo, son una aproximación a lo que vendrá. A veces siento que existe una dualidad en la que los dibujos se transforman en esculturas o viceversa», comenta. Su obra escultórica emerge del plano hacia el relieve. La artista superpone formas abstracto­geométricas en ascenso. Desde 2011 trabaja con huesos. «Siempre estoy pensando en formas», explica.

Brathwaite trabaja con las imágenes que se dibujan en el espacio. Su obra rememora la forma de las nubes o el cauce de un río; el contorno de un cerro o las curvas del viento. «Lo que se advierte es un juego ­un poner a prueba­ que no escapa de la curiosidad que impulsa a la artista a generar vínculos y puntos de unión entre lo bidimensional y lo tridimensional, a partir del color, las formas y la intersección de líneas», concluye la investigadora de su obra Analy Trejo. 

 

Foto: Oswer Díaz